España dice adiós al carbón: ¿están preparadas las renovables para ocupar su espacio?
España se está despidiendo del carbón. Al igual que el resto de países de la Unión Europea, y en aplicación de su normativa, varias de las centrales térmicas del país estaban condenadas al cierre en los próximos años tras no haber podido adaptarse para cumplir con unos objetivos de reducción de sus emisiones. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un cierre controlado puede que ahora sea mucho más abrupto.
La semana pasada Endesa aprobaba cerrar dos de las centrales más importantes que, en principio, sí que eran aptas para seguir funcionando hasta 2030 al haberse adaptado. Se tratan de la gallega As Pontes y la almeriense de Litoral, que se unen a las de Andorra (Teruel) y Compostilla (León) y también las centrales de Iberdrola y Naturgy, las cuales ya habían iniciado sus planes de cierre. En resumen, de las 15 centrales de carbón que siguen operativas en España, solo 3 seguirían activas más allá del horizonte de 2020 y 2021.
Aunque el cierre de estas centrales 'todavía útiles' debe ser aprobado y acordado junto con el Ministerio -lo cual podría postergar su cierre práctico algunos años más-, todo se puede resumir como la crónica de una muerte anunciada. Europa había comenzado pidiendo que se cerraran las centrales más contaminantes, y las que han pasado este filtro, han acabado siendo insostenibles para sus empresas por el pago por los derechos de emisiones de CO2, los cuales en los últimos meses se estaban situando en torno a los 25 euros por tonelada métrica emitida, y el buen momento de precio que vive el gas natural.En otras palabras, el camino hacia la descarbonización parece que puede ser incluso más rápido que lo marcado en un primer momento. La centrales térmicas son las causantes de aproximadamente un 15% de las emisiones de GEI españolas y su cierre puede rebajar drásticamente las mismas. Sin embargo, su clausura también abre otras preguntas: qué pasará con el empleo que mantenían, buena parte localizado en zonas rurales, y de dónde se obtendrá la energía que su apagón va a dejar al descubierto.
La respuesta a esta última cuestión parece clara: apostar por renovables, ¿pero están preparadas para cubrir la demanda? En los últimos años, según Red Eléctrica Española, el carbón había cubierto en torno a un 15% de la demanda eléctrica del país, siendo el aporte más importante tras la nuclear y la eólica. Pero su peso era mayor en años de especial sequía -por el descenso de agua en las hidroeléctricas- y en meses como febrero o junio, donde se producen picos de demanda por los sistemas de calefacción y de aire acondicionado respectivamente. En esos casos, el carbón era una de las fuentes más manejables para cubrir las peticiones. Simplemente había que quemar más excedente.