LA GENERACIÓN ELÉCTRICA SIN COMBUSTIBLES FÓSILES ESTÁ CERCA

En la última conferencia de cambio climático -la COP 28 en Dubái- hubo un hito importantísimo que pasó desapercibido por la opinión pública. Puede que haya sido porque la gente está un poco desencantada de las promesas de las COP, o porque los compromisos políticos climático tardan mucho en materializarse y dejan de ser atractivos para una sociedad que se acostumbró al tiempo real de las redes sociales.

Pero, por primera vez en la historia, todos los países del mundo acordaron que debían abandonarse todos los combustibles fósiles. Ya se había llegado a un consenso sobre el carbón, pero este nuevo acuerdo incluye gas y petróleo.

Todavía no hay plazos claros y el lenguaje del acuerdo pudo haber sido más vinculante, pero es un compromiso que no se había logrado. Todo lo que se había trabajado por abandonar los fósiles era “voluntario”, pero ya tenemos un mandato legal internacional para hacerlo.

En Colombia, esto nos pone a pensar en nuestro futuro como país exportador de hidrocarburos ante una posible baja en la demanda en las próximas décadas, y también en cómo reducir nuestra demanda interna de combustibles fósiles.

Aunque parezca imposible descarbonizar nuestra economía hay un sector en Colombia en el cual es posible abandonar los combustibles fósiles en menos de una década: la generación de energía eléctrica.

Había algunos indicios de que esto era posible. Por un lado, Colombia tiene una gran capacidad instalada (66%) en centrales hidroeléctricas, lo cual hace que la meta de 100% energía renovable esté mucho más cerca que en otros países. También significa que, con mucha energía solar y eólica, estas grandes centrales hidroeléctricas podrían ser las responsables de garantizar la confiabilidad y estabilidad en el sistema.

Para confirmar estos indicios, entre Emergente y la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín hicimos un estudio donde modelamos la evolución del sistema eléctrico considerando las tendencias de demanda y de precios, bajo distintos escenarios que dependían de señales políticas y económicas.

Usamos un modelo de asignación de capacidad por costos, lo que quiere decir que se escogen las tecnologías más baratas para suplir la demanda presente. Es decir, es un modelo donde el mercado toma decisiones de expansión, considerando tendencias económicas.

Al correr el modelo bajo distintos escenarios, nos encontramos nueve señales principales que confirman que podríamos tener un sector sin combustibles fósiles a 2030.

1. Colombia está en camino de eliminar progresivamente los combustibles fósiles del sector eléctrico para 2030, pero necesitamos que los proyectos que están planeados se construyan y no tengan más retrasos.
2. La energía solar distribuida es una herramienta clave para eliminar los combustibles fósiles de aquí a 2030. Eso significa que desde la ciudadanía y las empresas podemos contribuir a la meta. Los proyectos solares en techos son altamente rentables hoy en día.
3. El aumento de la demanda es la amenaza más importante para poder lograr un sector eléctrico sin emisiones de carbono a 2030. Es fundamental que no bajemos la guardia frente a las acciones de eficiencia energética
4. Acabar completamente Hidroituango es necesario para un sector 100% renovable. Es muy positivo que ya estén los contratos para las ultimas 4 turbinas, pero EPM debe velar por que el proyecto entre en operación a la mayor brevedad.
5. Los proyectos en la Guajira han tenido muchos atrasos. Pero evaluando un caso donde proyectos de energía eólica resulten inviables en Colombia, el reemplazo de esta energía se dará en solar y en pequeñas centrales hidroeléctricas, no en combustibles fósiles.
6. Evaluamos un caso donde Colombia se enfrentaría a una tormenta perfecta: sin Hidroituango completo, con eólicas más caras, con una demanda muy alta y con fenómenos del Niño. En este caso el 19% de nuestra energía será fósil, pero esta es una cifra relativamente baja para ser el peor escenario posible.
7. Si forzamos el desmantelamiento de centrales térmicas, tendremos que desarrollar entre 11 GW y 15 GW para 2035. Esto es más del 60% de la capacidad total que tenemos hoy en todas las tecnologías, no es un reto menor.
8. Aumentar el precio del impuesto al carbono eliminaría primero el carbón al tener mayores emisiones, pero podría prolongar la participación del gas más allá de 2030. Puede no ser la mejor alternativa para el sector eléctrico.
9. Si llegara un Fenómeno de El Niño fuerte, se aumentará la generación con combustibles fósiles, pero no se revierte la tendencia de abandonar los fósiles en la próxima década.

Si bien el modelo no considera las limitaciones de generación a lo largo del día, los resultados muestran que tener una gran mayoría de nuestra energía con fuentes renovable no es ni imposible ni ilógico. Es más, deberíamos apuntarle a lograrlo.

En la Hoja de ruta de Transición Energética Justa del actual gobierno, un sector eléctrico sin gas se presenta como algo que “no se ajusta plenamente a los principios de viabilidad, plausibilidad e implementabilidad.”

Sin embargo, los resultados de este estudio sugieren lo contrario. Esta es una oportunidad para que el gobierno, considerando las señales de la COP28, aumente su ambición climática, y use los recursos de gas natural que tenemos para sectores como el transporte y la industria, donde la descarbonización será mucho más difícil.

Las centrales térmicas en Colombia hoy son el 30% del sector. Si fuéramos capaces de reducir su participación a menos del 1% para atender episodios críticos muy cortos, podríamos convertirnos en un ejemplo para otros países del sur global, mientras le bajamos los precios de energía a los usuarios.

El reporte completo está disponible en los siguientes links: en español y en inglés.

Un webinar de presentación de los resultados está disponible en el siguiente link.

Fuente:
la silla vacia